Edadismo
Informe de la Organización Mundial de la Salud
“La discriminación por edad está muy extendida en instituciones, leyes y políticas de todo el mundo. Daña al individuo salud y dignidad, así como economías y sociedades en general. Niega a la gente sus derechos humanos y su capacidad para alcanzar su máximo potencial”.
Con este mensaje de introducción del Secretario General de las Naciones Unidas, arranca el excelente informe global sobre el edadismo que ha lanzado la Organización Mundial de Salud (OMS).
La intención del informe emitido por la OMS es denunciar esta discriminación, y sentar las bases para empezar a trabajar en un enfoque que aborde todos los aspectos, derechos, legislativos, sociales, políticos, que apoyen a las personas a lo largo de sus vidas y evitar que la edad suponga un factor discriminatorio.
¿Qué es el edadismo?
Al igual que con la raza, o el sexo, es cuando la edad se usa para categorizar y dividir a las personas en formas que conducen al daño, la desventaja y la injusticia y a erosionar la solidaridad entre generaciones.
El informe divide en tres dimensiones psicológicas la discriminación por edad: estereotipos, prejuicio y discriminación – pensamientos (estereotipos), sentimientos (prejuicios) y acciones o comportamientos (discriminación). Estereotipos basados en la edad, prejuicios y la discriminación interactúan, y mutuamente se refuerzan unos a otros. Se manifiestan en tres niveles: institucional, interpersonal y autodirigido, y puede ser explícito o implícito. Con explícito quiere decir la persona que lo hace consciente e intencionalmente. Mientras que implícito es aquel que lo hace de forma involuntaria y fuera de su control.
“Cuando el edadismo de una cultura se internaliza, y la discriminación por edad dentro de sus principales instituciones se ha convertido en rutinario y normalizado, ya no es reconocido por sus miembros, y la discriminación por edad se ha convertido en parte del subconsciente de la sociedad, que puede ser expresado a través de la discriminación por edad implícita”.
El envejecimiento tiende a comenzar temprano en la vida y se reforzará con el tiempo a través de interacciones entre individuos y sus entornos sociales. Iniciativas como la década del envejecimiento saludable de la ONU contribuirán a mejorar el bienestar de los mayores, y a combatir la discriminación por edad.
La presencia del edadismo
COVID-19 ha tenido un impacto especialmente devastador en la gente mayor, y ha sido el detonante para impulsar esta cruzada contra el edadismo.
Desde la asistencia sanitaria, en la contratación de personal, en los procesos de jubilaciones, de desempleo, en los medios de comunicación, en todas las instituciones claves de la sociedad, la discriminación por edad hacia las personas mayores está presente, y de forma globalizada.
El informe indica que, a nivel mundial, al menos una de cada dos personas tiene actitudes discriminatorias hacia los adultos mayores. Y en la encuesta en Europa, una de cada tres personas mayores ha experimentado discriminación por edad.
El siguiente gráfico muestra el porcentaje de personas que han informado de haber sufrido tratamiento injusto por su edad, sexo, raza o origen étnico por grupo de edad 2008-2009 (Encuesta Social Europea).
A continuación el gráfico muestra la comparativa en percepción por discriminación de personas iguales o mayores de 55 años en países de la Unión Europea.
Los datos en España indican que, más de un 50% piensan que la discriminación por edad está extendida: muy extendida el 12% y bastante extendida el 33% .
El impacto del edadismo
El estudio analiza el impacto del edadismo, basándose en unos 500 estudios de más de 50 países. Estos estudios demuestran que la discriminación por edad afecta a la salud y el bienestar de las personas mayores, y que la discriminación por edad les cuesta a los países miles de millones al año y que puede estar contribuyendo a la pobreza entre las personas mayores.
Estos hallazgos sugieren que es la discriminación por edad, y no las personas por ser mayores, lo que supone una gran carga sobre la sociedad.
El edadismo aumenta los comportamientos de riesgo para la salud, afecta negativamente a la salud física y mental, acelera el deterioro cognitivo, retrasa la recuperación en casos de discapacidad y reduce la longevidad.
El impacto de la discriminación por edad se extiende más allá del aspecto pues afecta a las relaciones y contribuye a que las personas mayores estén más aisladas y solas.
La discriminación por edad constituye un grave problema generalizado de derechos humanos y un problema de salud pública de gran alcance.
Fuente: World Health Organization
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