Cuidar a una persona mayor puede ser emocionalmente agotador y físicamente demandante. El estrés continuo y la carga física pueden afectar seriamente la salud de la persona que cuida, aumentando el riesgo de ansiedad, depresión y problemas de salud física.

Cuanto te conviertes en una persona cuidadora tu vida cambia radicalmente de un día para otro. Apoyar desde el municipio a estas personas es fundamental para que puedan ofrecer un cuidado de calidad y prevenir impactos no deseados sobre su bienestar personal.

Las personas cuidadoras bien descansadas, apoyadas emocionalmente y con conocimientos básicos sobre cuidados tienen mayor paciencia y energía, lo que repercute positivamente en la calidad de vida de la persona a la que cuidan y en ellas mismas.

Desde SEG hemos desarrollado un programa que cubre todos los aspectos requeridos para asegurar el apoyo en lo emocional a las personas cuidadoras y los conocimientos técnicos y prácticos que necesitan, fomentando también la interactuación entre las personas cuidadoras, que pueden compartir experiencias y problemáticas.