La revolución de los séniors
Como cada 1 de octubre hoy se celebra, a instancias de la ONU, el Día Mundial de las Personas de Edad, los séniors, también conocido como Día de los Mayores.
El progresivo envejecimiento de la población mundial, y especialmente la europea, supone un reto de primera magnitud desde el punto de vista económico y asistencial para muchos gobiernos, del cual los problemas de financiación de las pensiones son solo una muestra ya visible y de alto impacto de lo que está por llegar.
En España la tendencia es todavía más pronunciada debido a que a nuestra baja tasa de natalidad unimos una esperanza de vida que crece ininterrumpidamente (¡casi cinco años desde el año 2000!). Las perspectivas de longevidad anticipan que así seguirá ocurriendo en las próximas décadas.
Contrariamente a los mensajes de preocupación que recibimos, y como ocurre si lo proyectamos a cada uno de nosotros y de nuestros seres queridos, la expectativa de vivir más debería ser considerada una gran noticia y un éxito de nuestra sociedad, si bien nos enfrentamos a diferentes dificultades. Así ha ocurrido en otros momentos de la historia de la humanidad.
¿Cuáles son los principales retos de esta inexorable tendencia de largo plazo?
En primer lugar, conseguir que la mayor longevidad vaya acompañada de un incremento de la calidad de vida. Deberá basarse en avances médicos que preserven su autonomía, mayores éxitos en el tratamiento de enfermedades como el alzheimer y un incremento de la oferta de productos y servicios adaptados.
En segundo lugar, hacer sostenibles tasas de crecimiento económico que den soporte financiero al envejecimiento poblacional, fomentando la natalidad e incrementando la productividad de la economía.
Para afrontar estos retos con éxito los avances tecnológicos y científicos son imprescindibles: medicina preventiva basada en inteligencia artificial para anticipar enfermedades, mejora de tratamientos para prevenir demencias, internet de las cosas y sensorización de viviendas para facilitar la calidad de vida y fomentar la autonomía, etc.
En España solo en los diez próximos años se prevé que el número de personas mayores de 65 años se incremente en 2 millones, pasando de 9 a 11 millones, y seguirá creciendo anualmente durante la siguiente década. En 2040 casi un 40% de los españoles superaremos esa edad.
Una auténtica revolución que tiene un fuerte impacto en lo político (los séniors como grupo de interés cada vez con mayor voz y peso electoral), en lo social y como oportunidad estratégica para aquellas empresas que sepan adaptarse más rápidamente.
Centrándonos en el mundo empresarial, ya son varias las empresas líderes en sus sectores que están buscando ventajas competitivas para resultar más atractivas al colectivo sénior. Han incluido la visión sénior en sus planes estratégicos, de marketing, de comunicación y de recursos humanos.
¿A qué se debe este interés hacía el colectivo sénior?
Los siguientes datos pueden darnos algunas pistas:
Segmento de consumo creciente: el incremento del número de consumidores mayor de 65 años crecerá a doble dígito en las dos siguientes décadas fruto de la pirámide poblacional, que se sumarán al cada vez mayor número de residentes provenientes de la UE que establecen en España su lugar de residencia buscando nuestro excelente clima y calidad de vida.
Renta neta disponible superior a la de cualquier otro tramo de edad: según datos del INE crece año a año (un 15% desde 2009, frente a un 2% de los menores de 65). Séniors con mejores pensiones, ingresos adicionales fruto de años de ahorro (cobro de planes de pensiones, rentas por alquileres, etc) y la liberación de recursos tras el pago de la vivienda habitual explican, entre otros factores, esta diferencia.
El gasto medio de los séniors es un 19% superior al de los menores de 65 años, y conforme a los datos del INE no para de crecer, ampliándose el número de categorías de productos y servicios en los que realizan su gasto.
Alta penetración de internet: según datos de la Fundación Telefónica, en 2019 dos de cada tres mayores de entre 65 y 74 años eran usuarios habituales de internet. Pero como ha ocurrido con el resto de la sociedad, la pandemia que estamos sufriendo ha tenido un impacto disruptivo disparando su uso por nuestros séniors, que se han habituado a realizar compras, informarse, formarse y relacionarse utilizando aplicaciones avanzadas.
En un colectivo tan grande y heterogéneo, los valores medios esconden situaciones de alta precariedad, necesidades asistenciales, etc. Pero contrariamente a la imagen que una parte de la sociedad tiene, los mayores del siglo XXI son excelentes consumidores, valoran el diseño, la marca, los productos de calidad, se quieren cuidar…y están dispuestos a pagar por ello. Pero es que además no solo compran para su consumo personal, sino que con frecuencia dedican una parte nada desdeñable de su gasto hacia sus seres queridos (hijos, nietos, etc).
Todo ello obliga a las empresas a adaptarse a este cambio y aprovechar las oportunidades que ya se están generando. Una auténtica revolución.
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